El impulso para que cese la guerra en Ucrania de cualquier modo, incluso con el recetario ruso, o la presión militar y ahora la oferta de diálogo al chavismo, exhibe a un Donald Trump urgido de exhibir victorias en momentos que el panorama doméstico no lo favorece. Actualiza la vieja frase de la era Clinton, "es la economía, idiota". Ahora es la política



